Seguimos repasando el estilo de Sexo en Nueva York, esta vez centrándonos en las amigas de Carrie. ¿Qué sería de Carrie sin sus amigas del alma?
Samantha, que traslada su descaro a la hora de tratar a los hombres con su alegría y atrevimiento a la hora de vestir. Es la que más se lanza a lucir colorido en la ropa, la que elige la ropa más sexy, la que luce joyería más mastodóntica.
Sus modelitos de Pucci, Ungaro y demás son totales, rozando siempre el mal gusto, pero sin alcanzarlo.
Luego está Charlotte, con su estilo lady, recatado, clásico, comedido, de señora republicana de buena familia. Demasiado conservador quizás, pero alguno de sus modelitos muy años 50 y 60 suelen ser también divinos.
Y por último tenemos a Miranda, una abogada que luce impecable en sus atuendos laborales, y que muchas veces sigue esos códigos tan estrictos en su vida personal. Es la que más se lanza a lucir negro en su vestuario, aunque también a veces consigue lucidas combinaciones de bloques de color con su personal cabellera pelirroja.
¿Os acordáis de la primera temporada?
Este fin de semana he visto la película de Sexo en Nueva York II. Como no iba con muchas expectativas, reconozco que me ha gustado. Me llevé más desilusión en la primera, cuando comprobé que no estaba a la altura de la serie. La verdad es que me reí, aunque la película es sólo una excusa para mostrarnos estilismos divinos y deliciosamente exagerados. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y resulta hasta gracioso ver los giros de guión que se inventan para mostrarnos una vida repleta de lujos, tíos buenos, marcas y enormes vestidores.

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